viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD


En esta noche mágica, os deseo todo el bien y la dicha que jamás hayáis sido capaces de soñar.
Os quiero.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El día que te fuiste



El día que te fuiste
lloró la hierbabuena.
Lloraron los cántaros de agua
Lloró el mar.
Lloraron las fuentes y las piedras.

Lloraron los naranjos y los cascotes del camino.
Lloraron los rosales
Lloré yo.

Pero cuando volviste
¡Dios de mi corazón cuando volviste!

*
–Qué pasó cuando volví.
–Cabrón,
nunca volviste.

Sólo eres un producto de mi imaginación.


fotografía encontrada en internet

sábado, 11 de diciembre de 2010

Se marchó con el aire





Hace tiempo que se fue con el aire
huyendo de sí mismo
y se encontró
con que estaba en todas partes.

–Adónde puedo huir,
se preguntaba,
–A mí no me lo digas
tu sabrás.

Hace tiempo que se fue con el viento
en busca de sí mismo
y solo encontró horca y cuchillo.
Visitas a clítoris vacíos
y madrugadas huecas.

–Adónde podré huir, se preguntaba.
–A mí que más me da.

Te marchaste en tiempo de cerezas
y nunca más volviste
mi corazón lo tengo en otra parte
mi alma es un desierto
y todo me duele ya en estas horas inquietas que vivimos.

Hace siglos que se fue con el agua
dejándome la risa perpleja, congelada, sin alegría ni misterio
desencantada
estática
incomprensible
incomprendida
casi
muerta.




Imagen: Óleo sobre tela de Monserrat Gudiol

jueves, 2 de diciembre de 2010

Serena canta en las aceras


Serena canta en las aceras
una canción de cuna para un niño.
Duerme
luz de mis ojos.
Duérmete.
*
Cuando acabó el Amor,
una sábana blanca de nieve y escarcha se extendió como un manto por toda la extensión de la tierra.
La luna iluminó a todos los mendigos.
Cuánto frío puede sentirse en una estación de cercanías.
Cuanto dolor, cuanta desesperanza.
Cuánto deseo de dormir. Sólo dormir.
Bajo los edredones.
*
Serena canta junto a su ventana
al niño que duerme
en un rosal
sin
espinas.
Serena sueña sola.
Serena viene y va.
Como los ríos.
Como las circunstancias.

–Préstame tu abanico.
Necesito espantar el aire



Imagen: Óleo sobre tela de Monserrat Gudiol